jueves, 25 de diciembre de 2014

NAVIDAD 2014



Saldremos al mediodía, al sol clandestino del invierno, para que Xaloc no entre en frio. Andaremos despacio, por las aceras grises, avanzaremos sin prisas ni temores. No  llegaremos muy lejos porque Xaloc marca el ritmo y se pierde en sus pasos, tropieza, cae, se desploma, se repite, se esfuerza, lucha, se levanta y de nuevo su pisada se dispersa y ensombrece. Son muchos medicamentos, demasiados, su cuerpo lleno de químicos se deshoja, mientras repito su nombre con tristeza.

Aún guarda esta mirada intensa, esta luz en el tiempo, este faro en la lluvia y aunque se ha cubierto del musgo azulado de la ceguera, nos vemos.
En ella huelo a magnolia, a romero, a hierba fresca. Quizá sus ojos no vean, pero susurran fragmentos de canciones dulces, se sumergen en los sentidos y es hermoso estar juntos el tiempo que nos queda.

Tecla, cual luna creciente, se precipita, se impacienta, se acelera. Joven e indomable como un trueno, contenta, jovial, hambrienta de juegos. Para ella el mundo rueda en su cintura, quiere correr, descubrir, lanzarse contra la  muerte que acecha. Conquistar el vacío, devorarlo, ser la reina y olvidar el dolor de estos últimos meses.

Los tres sabemos que las próximas navidades mi tierno gigantón estará en otra orilla.

Felices Fiestas!!!!





domingo, 24 de agosto de 2014

4 DE JULIO. DIA EN QUE MURIÓ SOLID


Tu mirada profunda se tornó en ausencia y una luz de infinito rodeaba tu cuerpo. Yo estuve a tu lado, rota, sedienta, nocturna, amarrada a tu espacio, trenzada a tu pena, envuelta en desdicha, temblando contigo, triste y taciturna por el sabor turbio del último abrazo.

Quise gritar tu nombre, pero ya no estabas. Retrocedí unos pasos, anduve hasta la puerta y regresé a besarte mil veces y fueron pocas para tanto duelo.
Te susurré mis lágrimas y había soledad en tu aliento.

Me angustia tu muerte, tu silencio.  Me estremece no verte ovillado a los pies de la cama.
Tu jadeo cansado, tu fatiga de estos últimos días vino a detenernos.
Ante mi impotencia desenredo recuerdos, aprieto caminos de brisa salvaje y escapo en un remolino obstinado de adioses negros.


Solid ya no está, se ha ido al lugar donde calla el lamento. Huyó su latido y sin dolor apenas cerró sus ojos y se alejó despacio, sin detenerse.




SABOREANDO UN HUESO

domingo, 23 de marzo de 2014

MARZO 2014



Llenaremos el año con dolor y duelo y las horas de espera hasta cruzar la muerte, con olas cerradas de amor y tristeza.

Crecemos, palpitamos junto al aire espeso. Nuestra compañía es firme y se duplica en las penas, en los juegos matutinos, en el temblor del pecho que crepita, en nuestras andanzas tiernas y sinceras.
Esther, mi hija fallecida, se cuelga de mi brazo en el paseo. Mi hermosa niña, surge de un lugar cualquiera para nacer de nuevo. Siempre contenta y decidida, acaricia los perros y en silencio, regresa a mi su cuerpo etéreo. Caminaré, correré, andaré caminos viejos, mientras pueda verla.

Cada día el mar nos recibe desprendido, cada día asoma con vestido nuevo, cada día nos sorprende y como una menuda flor silvestre nace y muere. Desemboca, ruge, cambia, hoy azul, luego violeta, rojo, plata, verde, negro, dulce, sangriento, suave o fiero, hostil, severo, andrajoso, espiral, deshojado y siempre guardador de secretos.


Huyo, me sacudo y escapo de la vida. Ya no existo. Y el olvido susurra envuelto en brumas, saltos, jadeos, ladridos, en eterno combate por mi luz perdida.