miércoles, 28 de octubre de 2009

TE RECUERDO HERA



Han transcurrido mas de dieciocho meses desde que la muerte sacudió su lomo en nuestra orilla, torrente de la sombra, lodo en los zapatos, mordisco despiadado, miserable carcoma, devoraste el cuerpo enfermo de mi pequeña.
Hera dejó este pueblo en el olvido y se extendió en la noche azul y tenebrosa como arena en la fresca cabellera de la lluvia.
Todo se ha hundido en el tiempo, todo se ha roto, no hay nada, solo su nido y el vientre terrible de la desventura, este que inclemente nos tritura.

Sigo buscandola por si regresa de tan lejos, por si el destino se desboca y viene a regresarla en nuestras vidas.
Porque sobre la tierra abandonada las flores se abren nuevas y las frutas están llenas de semillas, y quiero andar la hierba y arañarla hasta que gima el suelo y se duplique y se abra pariendo primaveras, y en este fuego de vida, en este milagro repetido, su rostro aparezca y pueda acariciarla con mis manos otra vez por siempre.


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