lunes, 13 de abril de 2009

XALOC, MI OCEANO

Xaloc es una extensa porción de geografía, en él nacen las fuentes, los riachuelos, los lagos generosos donde el peregrino hunde su sombra y descansa las rodillas. Xaloc abre las puertas y brinda generoso su agua cristalina. Tranquilo, sosegado con la misma inocencia y sencillez del musgo, vierte en la mesa desnuda su vaso colmado de alegría, derrama la música, me embriaga, me empuja a las costas, salta fronteras amarradas, y desembarca su mirada de cobre en mi pradera.

Xaloc transforma la estepa en primavera marina, me anuda a su costado y me despierta en el océano perdido, salvaje, libre, sin puertos ni peajes, ni muros, ni caminos. Me envuelve y decide que estrella quebraremos en la charca, que luna colgaremos en mi cielo, que abrigo pondrá en mis hombros cuando el otoño se desgrana en hojas secas.

Xaloc es azul, es un océano empapado de espuma y de proezas. Es valiente, visible, trata con consideración mi desamparo. Me desvela su salud quebrada, me repite, me prolonga, interrumpe el flujo de los ríos, hundo mis ojos y traspaso las tinieblas, él esta aquí, a mi lado, como siempre, feliz y llano. En cada latido de su espacio aprendo a ser fuerte, a soportar la desgracia, a agradecer la lluvia, a sacudir la espesa cabellera de la duda, a olvidar las noches de pánico cuando su cuerpo entero convulsiona y yo espero estremecida y asustada, abrazada a su batalla, en medio de las olas enredadas en su melena de arena desbordada.
Barreremos las hojas otoñales por fin, por siempre, para todos, y guardaré el reflejo de cada brizna de tu fuente con el silencio luminoso de la vida.
Xaloc, entonces es mi océano!!.








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